lunes, 22 de noviembre de 2010

Volamos, como sólo uno. No me importa mojarme, mis alas resistirán la llovizna que cae desde las nubes que atravesamos. Giro la cabeza y observo a mi familia, volando mientras buscamos un lugar mejor. La familia con la que vivíamos nos ha abandonado. Los animales de compañía comos así, supongo. Al menos las golondrinas. Y sigo volando, ajena a la urbe que está debajo de mi, a cientos de metros. Porque mi vida es simple y no quiero complicarla.

No hay comentarios:

Publicar un comentario