martes, 21 de junio de 2011

Me cuesta ser feliz y mucho más ahora que te has marchado. Pero lo intento, sin embargo, como decías tú: intentarlo no vale.
Por eso, he encontrado a alguien que me hace feliz, ahora él es lo mejor de mi vida, ha ocupado todo el sitio que tú tenías en mi corazón

lunes, 20 de junio de 2011

Te adoro. Por encima de cualquier cosa. Ahora eres mi centro, lo mejor de mi vida. Gracias.

Entonces despierto y palpo las sábanas. Frías y lisas. He tenido un sueño. Volvías, sabes? Pero era demasiado real para ser cierto. Para cuando vuelvas, estaré en l mismo sitio, con otra persona que llene mi vida, como tú antes.

domingo, 19 de junio de 2011

Catorce.

No crees que es lógico que me obsesione? pintar sonrisas en tu cara, la mayor de mis pasiones.
Ya no sueño contigo. Te veo real, nítido, a mi lado, intentando distraerme mientras escribo estas palabras. Pero mi madre abre la puerta de mi cuarto y te esfumas, revolviéndome el pelo. Suspiro y desecho la idea de que quieras volver, intento prestarla atención, sin conseguirlo. De una vez por todas, se marcha y vuelves. Me abrazas y siento tu calor, te siento aquí.
-Soy real, aunque no lo parezca.
-Si fueras real, estarías conmigo de verdad, no escondiéndote de mi madre y de ella.
Suspiras y recargas tu sonrisa.
-Estoy contigo de verdad, ahora soy parte de tu recuerdo, necesito verte un día.
-Me estás viendo ahora mismo.
-Sí, pero no puedo besarte y me estoy muriendo de la rabia.
-Ven cuando quieras, estaré esperándote.
Me abrazas más fuerte y te vuelves a esfumar. Me tumbo en la cama, intentando ordenar mis pensamientos. Pero me desbordan, y salen por mis ojos, mojados y húmedos. No sé cuanto tiempo permanezco así, tumbada, dejando salir todo. Entonces suena mi móvil.
-Sí.
-Estoy saliendo del metro.
-¿Qué?
-He venido a verte.
-Ahora voy para allá.
Cojo corriendo todo, y salgo a la calle. Menos mal que mis padres se han ido a Madrid. No tardo ni cinco minutos y me planto allí, en la boca de metro, esperándote. Y sales, cojeando un poco, ya sin muletas. Me levanto y sonrío. Llegas y me abrazas, sin apretar demasiado.
-Te he echado de menos -confieso.
-Y yo. Hasta hace cinco segundos.
Sonrío y me besas, por primera vez. Me quedo sin aliento, y me gusta ésta sensación. Me dejo llevar, maravillada. Me separo un poco y sonrío. No sé si es por el alcohol, o es que he oído ésa canción, que me obliga cada vez que suena a recordarte.

jueves, 16 de junio de 2011

No puedo. no me sirve de nada ver todas esas peliculas con mensajes sobre la vida. Porque no la imagino sin ti y con todo esto, no se si algo asi va a poder pasar. Así que me limitaré sonreír, a fingir, como siempre. Mi vida parece una obra de teatro y quiero dejar el papel protagonista y poder quitarme esta máscara.

jueves, 9 de junio de 2011

La felicidad tiene tu nombre y tu piel. AJ'♥

Podría esperar a que llegaras. Pero se me haría eterno; entonces, llegarías con ella, de la mano, preguntando de manera agresiva. Me limitaría a ignorarte, a hacerte sentir como me hiciste tú aquel día. Entonces todo lo anterior se convierte en la realidad. Pero ella no está y me alegro. Te sientas a mi lado y sonríes, haciéndote el fácil.

-¿Qué haces aquí? –pregunto.

Sonríes y me rodeas los hombros con el brazo, sutilmente.

-Vengo a recordar, a hacerte comprender –subrayas la palabra- que la única en mi vida eres tú.

-Pues puedes volver por dónde has venido. No te creo, hace tiempo que no me trago ninguna de tus palabras.

Me estrechas con suavidad y desvío la mirada. Resoplas y tu boca dibuja una sonrisa. Lanzas la mano hacia mi barbilla y giro la cara, soltándome de tu mano. Entonces pruebas a estrecharla con la mía. Te dejo, quiero que te confíes. Pero no puedo, no aguanto haciéndome la dura. No puedo hacerlo contigo, a tu lado soy quien quiero ser, no otra persona. Dejo escapar una sonrisa, y me abandono, olvidando todo.

-Ya se te ha acabado el ataque de ..- buscas la palabra correcta.

-No ha sido un ataque. Simplemente una armadura que ha sido vencida por un tipo rubio, cuatro palabras y un par de caricias.

Te ríes con ganas y sacudo la cabeza.

-¿Me crees?

-A medias. No tengo pruebas de lo supuestamente evidente.

-¿Ah, no? –sacudo la cabeza-. Pruebas, ya te daré yo pruebas.



Puede que hoy llueva, pero mañana hará sol. Sonreirás y será la luz suficiente que alumbre mi camino.