martes, 12 de octubre de 2010

Nieva, y los copos me mojan el pelo. La camioneta está aparcada en la cuneta, estoy cansada de conducir durante horas. Sales del vehículo y miras el cielo. Sonríes y caminas hasta ponerte a mi lado.
-Sí, es bonito.
Sonríes y bajas la cabeza.
-Necesitabas salir del ruido de la ciudad, ver algo salvaje, bonito.
Te abrazo y casi me quedo helada del tiempo que estuve agarrada a ti-

lunes, 11 de octubre de 2010

Me enseñaste a volar, a deslizarme entre las nubes y a rozar las estrellas. Me sentía bien lejos del suelo. Pero ahora, volver a flotar me da miedo. Por qué? Tus recuerdos son las estrellas, las nubes todas las sonrisas. Cuando llueve, subo y subo hasta el centro de la borrasca. La indiferencia es la reina de aquel lugar y por una vez desde hace tiempo, me siento bien. La lluvia apelmaza mi pelo contra la cabeza, y siento cómo mi mente se vacía.
Vuelvo al suelo. Mi mente está despejada. Sonrió, y en ése momento apareces tú.
-¿Por qué coño apareces ahora?
-Te echaba de menos.
Te miro de reojo y me giro. Camino por la acera, pero me agarras por el brazo.
-No me seas.
Me abrazas y dejas que haya un par de centímetros entre nosotros. Bajas más la cabeza y te beso.Se me pone la piel de gallina y sonríes.

domingo, 10 de octubre de 2010

Sabes? Intento no pensar en ti. En tu sonrisa, en todo lo que nos dijimos. Ya hora me resulta cómico el cómo me comporté. Como una niña pequeña que quiere su caramelo ahora. Eso sí, el caramelo era algo que nunca había visto. Pero los caprichos se acaban. Y éste, no.