lunes, 11 de octubre de 2010

Me enseñaste a volar, a deslizarme entre las nubes y a rozar las estrellas. Me sentía bien lejos del suelo. Pero ahora, volver a flotar me da miedo. Por qué? Tus recuerdos son las estrellas, las nubes todas las sonrisas. Cuando llueve, subo y subo hasta el centro de la borrasca. La indiferencia es la reina de aquel lugar y por una vez desde hace tiempo, me siento bien. La lluvia apelmaza mi pelo contra la cabeza, y siento cómo mi mente se vacía.
Vuelvo al suelo. Mi mente está despejada. Sonrió, y en ése momento apareces tú.
-¿Por qué coño apareces ahora?
-Te echaba de menos.
Te miro de reojo y me giro. Camino por la acera, pero me agarras por el brazo.
-No me seas.
Me abrazas y dejas que haya un par de centímetros entre nosotros. Bajas más la cabeza y te beso.Se me pone la piel de gallina y sonríes.

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