sábado, 5 de junio de 2010

Los sueños no son como los deseamos. Muchas veces queremos que sean perfectos y puros, dulces como los rayos del sol. Pero cuando nuestra mente impacta contra la realidad, nos damos cuenta de lo ingenuos que somos y de que, por más que lo intentemos, siempre estarán ahí y muchos, puede que no se lleguen a cumplir.
Se paró, en medio de la Gran Vía, y cuando ella llegó a su altura la atrajo hacia sí. Ella le miraba confundida, pero al mirarle a los ojos, lo comprendió todo.
-Por fin -susurró él.
-Demasiado tiempo, ¿no crees?
Asintió y la estrechó entre sus brazos.

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