Te necesito, más que nunca, aunque parezca que te odio y que te ignoro por el placer de hacerte de rabiar. Pero no ed por eso. No quiero acercarme porque sé que me ilusionaré, como siempre y en el momento en que termine todo, esa torre de felicidad se irá contra el suelo y volveré a ser la misma, taciturna y solitaria, como cada vez que la felicidad decide pasar de largo.
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